La reina Isabel cantaba rancheras

Hace una semana terminé de leer el clásico "La Reina Isabel Cantaba Rancheras", de Hernan Rivera Letelier. Se cuenta como se aprontaba la vida en las ya extintas pampas salitreras del norte de Chile. Deambulan una variedad de personajes, con nombres bien particulares: El Poeta Mesana, la Ambulancia, el Viejo Fioca, la Chamullo, el Hombre de Fierro, la Flor Grande, el Caballo de los indios, la Malanoche, el Salvaje, la Pan con Queso, el Tococo, el Cacha Diablos, la Poto Malo, el Cabeza con Agua, la Cama de Piedra, la Carrilana, la Dos Punto Cuatro, la Garuma; cada uno con su historia particular, pero con el común denominador de haber vivido en la pampa salitrera, formando una tribu con gran complicidad y hermandad como fuentes de inspiración para poder vivir, dentro de sus humildes existencias, felices.

El autor utiliza un amplio y variado vocabulario, muy lento de leer en ocasiones, sobre todo si nuestro castellano es limitado. Algunas de las "frases de bronce", que dejo escritas en un cuaderno aparte, son:

• Duró 6 horas y 32 minutos, y los 382 trabajadores de la oficina Astoreca participaron en la pichanga.
• ... la tía abuela regente de 7 de los 20 burdeles de la famosa calle Larga de Pampa Unión, uno más de los centenares de pueblos salitreros muertos a lo largo de este alucinante cementerio de pueblos que es el desierto de Atacama.
• Capitán Araya: embarca a los demás en el forro y él se queda en la playa.
• La tierra del salitre, la cuna del sindicalismo nacional.
• La matanza de la escuela Santa María... para que los magnates del salitre hicieran el gran favor de pagarles sus salario con dinero y no con fichas de caucho; fichas que, además, solo valían en las pulperias de propiedad de los mismos dueños de las oficinas.
• Fue con la muerte de esa querida y legendaria prostituta pampina que comenzó a morir no sólo la oficina, sino, junto con ella, toda la pampa salitrera.